Negotiating an invitation can be like navigating a maze.
The guy may signal the invitation but it’s the woman who goes out on a limb first. She signals she is available for invitation. Scenario in e.g. a bar: woman checks out a guy, decides he's not bad. He notices, smiles - the way forward is open. Second scenario: guy keeps ogling woman. She thinks: “Creepy!” It’s the same in the milonga. Many women prefer not to be cold-called for dance (even by look) by a guy they haven’t checked out first. If he invites her before she has seen him dance she takes the risk of turning down a good dancer or dancing with a bad one. He might be able to assuage that quandary by making her laugh.
Negociar una invitación puede ser como navegar por un laberinto.
El hombre puede hacer la señal de invitación, pero es la mujer que se arriesga primero. Señala que está disponible para la invitación. Escenario: un bar, por ejemplo: la mujer echa un vistazo a un hombre y decide que no está mal. Él se da cuenta, sonríe: indicios alentadores. Segundo escenario: el hombre sigue mirando fijamente a la mujer. Ella piensa: "¡Espeluznante!" En la milonga pasa lo mismo. Muchas mujeres prefieren que no las invite a bailar (ni siquiera con el cabeceo) un tipo al que no han visto ya. Si la invita antes de haberle visto bailar, corre el riesgo de rechazar a un buen bailarín o de bailar con uno malo. Él podría calmar ese dilema haciéndola reír.
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